EL CUENTO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN EL PAÍS DE CASABLANCA.
En una ciudad llamada Casablanca, una ciudad muy animada, llena de gente, la protesta de los movimientos sociales eran una parte importante de la vida diaria de la ciudad de Casa Blanca. De manera muy seguida, las calles de la ciudad de Casa Blanca solían llenarse de manifestantes que alzaban sus voces en busca de justicia, cambio y obtención de derechos. Sin embargo, estos movimientos sociales tomaban de una forma grotesca y payasesca sus modelos de protesta, con sus protestas se estaban autoperjudicando, sus cortes de calles y avenidas perjudicaban a todas las personas que pagaban el plan social y lo peor de todo perjudicaban a los pobres. En el corazón de la ciudad Casablanca vivía una señora llamada Marta, una mujer muy pobre, una mujer trabajadora y solidaria que, a pesar de sus propias dificultades económicas, siempre se aseguraba de cumplir con sus responsabilidades laborales. Marta también era una de las muchas personas que recibían un plan social del gobierno para ayudarse a cubrir sus necesidades básicas. Un día los movimientos sociales anunciaron un movimiento social masivo que exigían mas aumento de los planes sociales, también exigían internet y Wiffi gratis . La noticia se propagó rápidamente, y todos los manifestantes se congregaron en las calles principales de la ciudad. Pronto, la situación se volvió tensa y las calles fueron cerradas, impidiendo el paso de vehículos y transeúntes. Marta, como de costumbre, se levantó temprano para ir a su trabajo. Sin embargo, cuando salió de su casa, se dio cuenta de que las calle estaban bloqueadas por los manifestantes. Marta en ese momento sintió frustración y preocupación terrible, ya que no podía permitirse llegar tarde al trabajo. Esperó pacientemente durante horas, pero la situación no mejoraba. A medida que pasaba el tiempo, Marta comenzó a comprender que, aunque compartía las preocupaciones y las luchas de los movimientos sociales, este tipo de acciones podían tener consecuencias negativas para las personas más vulnerables. Al cerrar las calles, los manifestantes estaban afectando directamente a cientos y miles de personas que ya estaban en situaciones difíciles. Marta era una mujer que siempre se había sentido apasionada por los movimientos sociales y sus luchas por la justicia social. Ella creía que los movimientos sociales era una verdadera herramienta de cambio, de esperanza y de expectativas para tener un mejor nivel de vida, Marta creía que los movimientos sociales era una herramienta para defender los derechos de los más necesitados. Pero se dio cuenta que esto no era así, los movimientos sociales estaban politizados respondían a una determinada agrupación política, respondían a ciertos y determinados políticos. Marta vio que la mayoría de organizaciones sociales aun plena crisis, miseria e inflación, aun viendo la pobreza y el hambre, aun viendo la inflación, la corrupción e inseguridad, todos se callaban la boca, nadie protestaba. Marta entendió que algo estaba mal, en los lideres de los movimientos sociales y que dentro de ellos había intereses mezquinos, los lideres de los movimientos sociales no luchan por los pobres, los lideres de los movimientos sociales luchaban por sus propios intereses, y que la mayoría de gente que asistía a las marchas era victima de un cruel engaño. Marta decidió desenmascarar a los movimientos sociales, se presento ante la tribuna de todos los manifestantes y les dijo: “Hermanos y hermanas pobres como yo, he visto que los objetivos dignos y loables de los movimientos sociales, están siendo cruelmente vituperados por nuestros lideres sociales, nuestros movimientos sociales no esta cumpliendo su objetivo, estamos siendo vilmente engañados por nuestros lideres, ellos se están enriqueciendo y nosotros nos estamos volviendo cada día mas pobres, porque no estamos reclamando derechos justos para progresar, estamos reclamando derechos para unos pocos, las limosnas que el estado nos da, es una limosna de supervivencia, con esa limosna seguiremos los pobres cada vez mas pobres, a llegado la hora de luchar para pedir trabajo para comer dignamente, a llegado la hora de luchar para pedir trabajo para ahorra y tener nuestra casita, un autito y si algo nos sobre podemos darnos algunas pequeñas vacaciones, a llegado la hora de decir no mas corrupción, no mas inflación, no más amiguismo, no mas desempleo, no mas pobreza. Marta dijo a la multitud, los pobres somos inteligentes, los pobres somos creativos, los pobres somos emprendedores, los pobres tenemos ética y moral. Hermanos que andamos en el pozo de la pobreza, demostremos que los pobres no solo sabemos hacer marchas, no solo sabemos hacer piquetes y cortes de calle, lo pobres sabemos presentar proyectos, sabemos presentar ideas y propuestas, los pobres no queremos que un pobre use a otro pobre, queremos que los pobres tengamos éxito y progreso con nuestro trabajo, no queremos sentirnos mendigos del estado, no queremos seguir recibiendo una limosna, queremos trabajo. Marta dijo a la multitud en este momento, todos nosotros los pobres vamos juntos vamos a trabajar para encaminar varios proyectos y presentar al gobierno y decirle. Los pobres queremos que por ley se cree un banco para los pobres, un banco que conceda créditos productivos a tasa cero de interés, para todos los emprendedores pobres que tienen aptitudes manuales e intelectuales para realizar microempredimientos, también vamos a presentar propuestas e ideas para que el gobierno en el menor tiempo posible establezca una economía de libre de mercado, la única alternativa para progresar y cumplir nuestros sueños, es tener una economia abierta, una economia abierta garantiza a los pobres buscar el pan de cada dia con el sudor de nuestra frente, los pobres queremos tener nuestra una casita propia mediante nuestro trabajo. Como mujer ignorante que no estudie en la universidad, que casi no se leer ni escribir, creo firmemente que con una economía de libre mercado los pobres tendremos libertad de hacer hacer pequeños y medianos emprendimientos y negocios. Cuando la economía esta estable y la economía florece, todo se optimiza, todo se vende hasta hasta las piedras y arena que existe en rio lo podemos incluir valor agregado y podemos satisfacer necesidades de la gente. Marta dijo a la multitud. Todas nuestras acciones de cortar calles y avenidas como una forma de protestar hace que el resto de nuestros hermanos compatriotas nos vean como personas incivilizadas, personas que tenemos aserrín en la cabeza, termos que no servimos para nada, que solo somos un gasto para el país y que directa e indirectamente estamos llevando a la ruina al país, la gente cree que somos un verdadero circo, que somos unos verdaderos payasos, que vivimos de las expensas de otros, no permitamos que mancillen nuestro honor y buen nombre, los pobres tenemos que ser los actores fundamentales para el cambio, luchemos, pero luchemos por nuestra libertad, luchemos para que haya trabajo, luchemos que el gobierno tenga ideas claras hacia donde nos quiere llevar, no nos dejemos engañar, los políticos quieren hacer experimento con nosotros, los políticos nos quieren convertir en conejitos de indias para sus experimentos y para que ellos se perpetúen en el poder, para que ellos tengan una vida placida, una vida llena de lujos a costa de nuestro sacrificio, a costa de nuestro esfuerzo, a costa de todos los ciudadanos del país que aportan trabajo y valor, no nos rindamos, la pobreza no lo hemos creado nosotros, son los políticos nos hicieron pobres. Marta comenzó a darse cuenta de las graves consecuencias negativas que estaba trayendo las marchas, piquetes y cortes de calles para promover empleo, para generar riqueza, para generar inversiones, Marta creía firmente que las acciones de los movimiento sociales espantaban, alejaban, asustaban a los inversores, porque los inversionistas creían que el país es tierra de nadie, que el país es un desorden, un caos, una desorganización total. Marta creía que que la gente concebía a los pobres como negreros que no saben pensar, que no saben cual es la razón de su existencia, Marta decía un y otra vez, nosotros los pobres somos los agentes del verdadero cambio, y ese cambio lo vamos a dar con ideas y propuestas. Marta decía a las multitudes de los movimientos sociales; que en país de Casablanca hay crisis de ideas, hay crisis de propuestas, y que por esta razón hay pobreza, hay inflación, hay inseguridad, Marta decía que casi la mayoría de diputados, senadores, alcaldes, gobernadores, regidores tanto nacionales y provinciales tienen crisis de ideas, crisis de propuestas y nosotros los pobres vamos a darle ideas, vamos encaminar el futuro del país hacia la senda del progreso y desarrollo. Los líderes de los movimientos sociales escucharon a Marta y, después de una larga discusión, decidieron cambiar su enfoque y buscar estrategias alternativas para abogar por sus derechos sin perjudicar a los más vulnerables,y sin perjudicar a la gente que le esta pagando sus planes sociales. Marta se sintió aliviada al ver que su preocupación fue escuchada, Marta le dijo a los lideres de los movimientos sociales, que incluso en una lucha por la justicia, es importante ser consciente de las posibles consecuencias para aquellos que ya están en situaciones difíciles. Marta se sintió inspirada para seguir defendiendo los derechos de los más necesitados, pero dijo que ella lo haría de una manera más consciente, cuidadosa y pragmatica. Casi todas las personas que integraban los movimientos sociales escucharon las palabras de Marta y, con el tiempo, comenzaron a reflexionar sobre la situación. Se dieron cuenta de que había otras formas de llamar la atención y ejercer presión sin afectar a personas inocentes. Así, poco a poco, los movimientos sociales empezaron a buscar alternativas más inclusivas y menos perjudiciales para la comunidad en general. A medida que pasaba el tiempo, los movimientos sociales se volvieron más conscientes de los efectos de sus acciones, todos unidos comenzaron a organizar marchas pacíficas, campañas de sensibilización, marchas de diálogos constructivos, marchas para lograr cambios positivos, marchas contra la corrupción, marchas contra la inseguridad, marchas para pedir mas empleo, mas libertad de comercio, mas libertad individual, sin causar un autoperjuicio innecesario a la población vulnerable, a los comerciantes y a la gente de bien. De esta manera, la ciudad y los movimientos sociales aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de encontrar un equilibrio entre la lucha por la justicia y el bienestar de todos los miembros de la sociedad. Hoy los movimientos sociales en el país de Casablanca son respetados, son dignos de ejemplo, son parte del progreso y desarrollo de la nación, hoy sus lideres siguen desarrollando su labor en busca de un mundo más justo, pero lo hacen desde la óptica de las propuestas e ideas.